Sismo de 5,2 en Santiago
10:35 de la mañana. Abajo uno prepara té, arriba otro termina de calzarse. Es una casa vieja, un edificio antiguo en el que se nota cada paso que otro da. De pronto, todo empieza a temblar. El suelo se mueve bajo los pies, la cama se tambalea y las paredes bailan. Todo cruje. Son sólo unos segundos. Al terminar, todos nos encontramos en las zonas comunes "¿lo habéis notado?" "¿Qué ha sido?" "A mí me pareció que alguien se cayó." "Yo sentí como un tren."
El único chileno aparece y con una sonrisa en la cara dice: "¿qué, les gustó el temblor?".
Habrá que acostumbrarse.
